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Español: Shot informativo ¿El petróleo de vende o se defiende?

El 17 de junio de 1938, tras la expropiación petrolera de 17 compañías extranjeras, por orden del presidente Lázaro Cárdenas, se creó Petróleos Mexicanos (PEMEX). Es una empresa pública y paraestatal encargada de la extracción y la explotación de los recursos petroleros en México. Cualquier cambio en las regulaciones en materia petrolera son motivo de preocupación, pero la reforma es impostergable, según refieren los analistas. En los últimos años se ha hablado de privatización, pero dicen los expertos que no sería una buena opción. El ingeniero Federico Plancarte Sánchez, excolaborador de Pemex, y autor de En números, libro que aborda este tema, comparte su opinión. Comenta que en las privatizaciones, ha habido más pérdidas que ganancias y una reforma petrolera es más grave, porque se trata de recursos que pertenecen a la nación, como lo marca el artículo 27 de la Constitución. Actualmente, debido al laberinto burocrático de Pemex, la eficiencia y la transparencia quedan en segundo plano. La empresa se ha vuelto una fuente inagotable de dinero para distintos grupos de poder. La Secretaría de la Función Pública, estima que Pemex es la división más corrupta del gobierno mexicano. Jorge Mario Soto, extrabajador de la empresa, menciona que hay bajos rendimientos por parte de la compañía y que evaluaciones externas a Pemex pronostican que puede tener capacidad para ser una empresa de tamaño global. Sin embargo, por el sistema deficiente de recaudación del gobierno mexicano, “Pemex ha sido y seguirá siendo, como ‘la caja chica’ del país”. El sindicato petrolero, al mando de Carlos Romero Deschamps, es un lastre. Sumas de dinero se trasladan a través de retención de cuotas, préstamos de la institución y transferencias de Hacienda, sin que se exija la menor transparencia de cuentas. Hay ejemplos de corrupción sindical, como el Pemex Gate: el sindicato pagó por la campaña presidencial de Francisco Labastida, candidato del PRI en las elecciones del año 2000. Romero Deschamps ha sido señalado por lujos excesivos, como el uso de jets privados para el traslado a destinos de lujo, y el sobrepago por buques y contratos. Otro problema de Pemex, es la ineficiencia de sus líneas de producción. Según la misma empresa, Pemex Refinación carece de instalaciones adecuadas. La productividad de personal es baja y es ineficiente operativamente, por lo que registra una minusvalía de casi ochenta mil millones de pesos. Los esfuerzos que se han hecho por mejorar la extracción, los traslados y refinación del petróleo en México se han estancado por grupos de interés. La investigadora, Leticia Armenta, del Tecnológico de Monterrey, experta en temas petroleros, opina que hay dos factores que castigan a Pemex. Uno es que la inversión de la empresa está decidida desde fuera; y el otro es que el régimen fiscal al que Pemex está sometido, tiene una lógica de extracción de las rentas muy fuerte hacia el gobierno federal, quien financia buena parte de los gastos que tiene a través de estos recursos. En marzo de 2008, el presidente Felipe Calderón anunció el plan de construir una refinería en Tula, la Refinería Bicentenario. Sin embargo, no se ha comenzado su construcción. Otro conflicto, es el robo del petróleo y las tomas clandestinas. En México, la gasolina está subsidiada. De no ser así, los precios serían parecidos a europeos o norteamericanos.

Sin duda, es necesaria una reforma en el sector petrolero. Hay argumentos a favor y en contra, y el tema más controversial es la posible privatización de la empresa. La reforma energética no está contemplada en ningún plan de ley, pero diversos especialistas, han opinado en torno a las características que debería tener.